[Drabble/NaruHina] Te amo...

Es una noche oscura, las gotas de lluvia resbalaban lentamente por la cristalera del carro para unirse con otra y escurrir en una, detrás del empañado vidrio solo hay gente que ignora por completo mi situación, que no conocen mi dolor.

—Señorita Hyuga, llegamos—escucho que me llama el chofer, este abre la puerta y yo bajo lentamente del carro, siendo asesorada por mi primo Neji.

Tras estar sola 2 años, mi primo ah comenzado a tomarme en cuenta, no tengo idea si por compasión o porque realmente este consiente que al ser familia debemos estar juntos, tener tolerancia y respetarnos entre todos.

Recorro lentamente los estrechos caminos de aquel hermoso panteón, mi vestido apenas toca las frías rocas que se interponen en mí vía, las gotas de lluvia caen delicadamente sobre mí. Las rosas de las tumbas no son muchas, que inconsciencia de aquellos que no se toman tiempo para visitar a sus difuntos, a los que sacrificaron su vida por la aldea. Sí, este es el panteón de los héroes de Konoha, de héroes que se están convirtiendo en olvido.

Mi vista se dirige a la tumba con más flores de todo el panteón, flores de todos los colores. Me acerco ahí y me inclino para leer de nuevo la inscripción en la placa de oro.

Aquí yace el cuerpo de Naruto Uzumaki, hombre que sacrificó su vida por la aldea, por dejarnos un lugar seguro donde vivir. Tú hiciste cambiar a muchas personas, de débiles a fuertes, de malas a buenas, jamás te olvidaremos, y te prometemos que tu muerte no fue en vano.
La aldea agradece tu esfuerzo y dedicación.

Las lágrimas se hacían presentes en mis perlados ojos, 2 años y aún no puedo creer que se haya ido. Neji me abraza, yo no rechazo el acto, cierro fuertemente mis ojos, recuerdo tantos momentos junto al rubio, el me enseño a confiar en mí, el se adueño de mi corazón.

—Ellos no tardaran en llegar, no pueden verte derrumbada, debes ser fuerte. —me susurra Neji soltándome y limpiándome las lagrimas, tiene razón.

Naruto, yo te prometí no llorar frente a nuestros hijos, no debí llevarme una carga ten pesada. Aunque superáramos todo esto, jamás te olvidaremos.

Se acerca un hombre con dos niños vestidos de negro, una niña pequeña y un niño que la toma de la mano, me alegra que mis hijos no se lleven mal.

— ¡Mamá!— me grita Kazuyo mientras corre conmigo.

Con escasos 10 años de edad es muy buena ninja, alegre eh hiperactiva. Sus ojos son dos mares azules, llenos de misterio y su cabello negro-azulado largo.

Veo a mi hijo sobre el hombro de Kazuyo, él siempre ah sido tímido eh inseguro. Con cabello rubio corto y algo alborotado, poseedor del byakugan y excelente ninja, su padre siempre supo que tenía un buen camino ninja por delante.

Neji abraza a Yu, este empieza a sollozar silenciosamente.
Puedo sentir como tiembla mi hija, me quito mi abrigo y se lo pongo a ella, esta solo me da una gran sonrisa y se voltea a abrazar a su hermano.

—Ya es tiempo de irnos, después volveremos— me dice Neji mientras toma de las manos a los niños —te esperaremos en el auto.

Sus cuerpos se alejan lentamente, los pierdo de vista debido a la neblina. Dejo una rosa blanca junto con una pequeña nota sobre la tumba. Gotas saladas brotan de mis ojos nuevamente, acaricio la flor y me levanto del húmedo césped.

—Te amo Naruto— es lo último que digo, me volteo dispuesta a irme. A pesar de que vengo seguido, no es lo mismo que cuando estaba vivo, cuando me abrazaba con esos cálidos brazos, o cuando me besaba para decirme que todo estaría bien.